Una historia muy común*

Me llamo Isaac, mi nombre lo heredé de un tatarabuelo
militar héroe de guerras, los varones de mi familia han sido militares de voz impostada y estampa de bronce, por lo que se imaginaran que yo fui la gran desilusión de mi familia, ya que mis inclinaciones han sido el arte, la música y todas las tendencias sexuales y bisexuales que se me han pasado por la cabeza, aunque debo aclarar que solo las pude desarrollar a partir de Internet, lo que me permitió hacer una catarsis personal, conectarme con gente de mis mismos gustos o complementarios a mis inclinaciones.Durante toda mi infancia, mi casa fue un cuartel militar, incluso, nos despertaba mi padre, con algo parecido a un toque de diana, pelo al rape y una educación católica férrea. Para mi fue terrible tener que convivir con esta forma de vida y mis inclinaciones humanísticas, artísticas y sexuales, mi padre nunca me respetó y para él fui el zurdo putito de la familia, si bien nunca tuve relaciones homosexuales hasta su muerte, que fue cuando yo tenía 18 años y creo que hasta el día de hoy soy más femenino que mis hermanas Nancy y Brenda ya que lamentablemente en mi familia a nadie le coincidió el sexo con su vocación o forma de ser.

Supongo que por todo lo que he vivido además de bisexual me excita muchísimo ser humillado y actuar como esclavo, realmente me posesiono en mi papel y lo disfruto a lo grande, me agrada ser afeitado y rasurado por completo, una vez más este hecho lo atribuyo a un episodio de mi adolescencia en que yo estaba dejándome crecer el pelo y lo llevaba muy largo y mi maldito padre insistía en que me lo cortara, como estaba pasando por una etapa de rebeldía no lo consentía, hasta que un día me obligó y obligó a mis dos hermanas mujeres a raparme y afeitarme la cabeza, lo que resultó absolutamente humillante y degradante para mí, pero sufrí las erecciones más fuertes que recuerdo y unas venidas de miedo, que por supuesto tuve que ocultar de mis “peluqueras” circunstanciales, so pena de convertirme en el Eunuco de la familia. Creo que no le he dado a mi familia, más que mortificaciones en toda mi vida.
Venturosamente, con el tiempo he podido, no se si resolver pero por lo menos canalizar mis deseos con gente que me entiende y goza conmigo. La vida del marica no consumado es terrible ya que nunca logra desarrollar ni convertir en realidad sus deseos ni fantasias.

Esa tarde sonó mi celular y recibí un mensaje de contacto y la indicación de presentarme en un sórdido lugar de la ciudad en horas de la noche, debía estacionar mi vehículo al lado de una van y seguir las instrucciones que me dejarían por escrito. Así lo hice y al entrar al auto encontré un dispositivo que se utiliza para el traslado de presos peligrosos consistente en una barra metálica con dos grilletes para los tobillos y una cadena unida a otra barra con dos grilletes para las manos, previo a eso debía desvestirme por completo y colocarme una careta de cuero que obturabala visión.
El miedo me atacó y estuve a punto de salir huyendo, pero la sola posibilidad de no ser convocado más por mis amos me hizo retroceder y cumplir con sus órdenes.Un esclavo siempre está a disposición de sus amos, aún en su ausencia, esa es la clave de la sensación de pertenecer como si fuera un objeto a una o varias personas. Me quedé dormido en un profundo sopor hasta que sentí el movimiento del carro, no hace falta aclarar que ya estaba excitado y al palo, tuve la fantasía de jalarmela y estiramela como chicle masticado, pero un fiel esclavo sabe que eso irrita sobremanera a los amos. Finalmente el viaje concluyó y se abrieron las puertas de la camioneta, escuche dos voces desconocidas una masculina y una femenina, me informaron que era la pareja que había contactado por Internet hacía un par de semanas y les impresionaba mi fidelidad y la confianza de haberme presentado a dos absolutos desconocidos, creo que les encantó el hecho de haber convenido que aceptaba cualquier tortura y degradación, incluso marcas de pertenencia como chupetes y mordizcos, es que el papel de esclavo me sienta muy bien y lo desarrollo con mucha voluntad y creo en satisfacer a mis amos con todas mis aptitudes.Para dar por finiquitada la introducción, la voz femenina me aplicó dos fuetazos en los wuevos, que casi me hacen reventar, sin despojarme de la careta me tomaron de la barra que unía mis muñecas y me trasladaron a un sector en que fui encadenado a una pared, posición humillante de abandono, que me encanta. Se me informó que en un rato sería marcado como señal de pertenencia a mis nuevos amos ya que se daban cuenta de mi fidelidad y no necesitaban entrenarme previamente, lamentablemente la satisfacción que sentí por ser un perro leal hizo que me corriera sin permiso, lo que enloqueció a mis señores y decidieron castigarme sin clemencia para mostrarme la disciplina que, obviamente, me esta faltando. Rápidamente y sin más trámite me fue retirada la capucha y sentí un violento tirón de pelo hacia atrás y el zumbido y ronroneo de las máquinas cortapelo que llevo en la memoria desde que fui pelado por mis hermanas, este acto que no parece importante es para mi lo sublime de la humillación, luego de afeitarme concienzudamente todo el cuerpo, incluido culo, wuevos y zona pélvica, me obligaron a arrodillarme, sin levantar la vista por temor a ser sancionado y recibí en mi boca un pedazo de carne negra, perteneciente al hombre que todavía no se había dirgido hacia mi, con el tamaño que me introdujo me daban arcadas, mientras entraba y salía su pene de mi boca, recibí la orina de mi ama que me regaba desde atrás y chorreaba todo mi cuerpo, con sus manos metidas en la propia orina me refregó cada centímetro mientras me indicaba que la lluvia dorada era el mejor tratamiento para después de afeitar; me ardía como si me hubieran echado chile habanero.Después de acabar en mi boca y obligarme a beber su poderosa leche el amo negro me traslado a una mesa de quirófano, me colocó boca abajo, retirando previamente mis restricciones y me ató a los vértices, colocando previamente una almohada alta debajo de mi estómago, lo que exponía mi culito que a pesar del uso lo tengo bastante cerrado y casi siempre termino rasgado, pero así es esta perra vida.

Para que no se me ocurriera emitir sonido me colocaron un pañuelo rojo, a pesar de la incómoda posición pude observar que mi ama era una rubia , blanca y se había puesto un uniforme de asistente dental que le daba una imagen bastante maniaca, iba a ser la encargada de hurgarme el culo con todo tipo de elementos quirúrgicos y dilatadores varios mientras preparaba una lavativa. Comenzó con exploradores dentales, botadores para molares inferiores y un frio tirapuentes que me metía y no me producían sensaciones y luego con una pinza de bordes redondeados que dilataba mi agujero a medida que se abría y se cerraba, esta si era dolorosa, pero mis gritos se ahogaban en el tremendo tripón de mi amo que tenía en mi boca y finalmente me calzó el tubo de la enema y comenzó a inflamarse mi cavidad estomacal y a doler profundamente mis ataduras a medida que me iba hinchando. A todo esto el amo negro había desaparecido de mi vista, pero pude sentir su cálida mano en mi agujero mientras seguía ingresando líquido a mi cuerpo, el amo me dijo: -te voy a colocar nuestra marca, deberás llevarla siempre para que recuerdes quienes son tus dueños y amos y sin más ensartó algo muy punzante en perineó (zona que se encuentra entre ano y genitales), el dolor fue calzinante y posteriormente me entere que me había perforado con una hipodérmica y luego lo reemplazo por una argolla que todavía conservo y debo reconocer que me ha resultado absolutamente placentera, con el roce contra mi calzoncillo o pantalón, prácticamente vivo excitado, siempre le estaré agradecido a mi amo negro por su generosidad en colocarme esta marca la cual hasta cierto punto llega a ser tierna y muy rockera puesto que son las dos lunas de mi banda favorita, a perfect circle.