Polly Trosky, la niña fornicadora.*

En un ambiente de media luz, rojizo, con susurros fantasmales del viento, muy en el fondo de la cueva, se encontraba Polly, una niña cuyos días habían transcurrido hasta entonces en esa cueva, y en los campos santos que la rodeaban...
Sí, un cementerio, ahi vivía la niña, la dulce Polly. Nada mejor que un té de girasoles por la mañana y unos rabanos frescos, recien cortados; desde hacía tiempo ya, había dejado de comer grillos, los insectos eran su delirio, pero se sentía en el deber de purificarse comiendo girasoles ciertos días del mes.
El sol apenas descrubría la mañana, todo en la cueva era frío,con un cierto olor a formol.

Salía cada mañana a estirarse a fuera, lanzaba un vostézo bestial y se tallaba las lagañas, se enjuagaba la cara con agua de lluvia y despues se lamía el resto de su cuerpo para quedar perfectamente aseada para el nuevo día que la esperaba .

* era una rara costumbre que le habia quedado de su vida en la tierra, nisiquiera era de ella, pero muy amenudo observaba muy de cerca a su gatita, Polly sentía la necesidad de imitarla......

Siempre pendiente de el viento, su máximo pasatiempo era adivinar hacía donde corría el viento, encontrarlo y correr tras el, perseguirlo, correr y correr, sientiendolo entrar en su cuerpo, respirando lento , corría para tratar de alcanzarlo.... ¿dónde va el viento?, en ocasiones lleva prisa, y va como alma que lleva el diablo....!, otras veces permanece quieto, como danzando en la atmósfera.... y ese era el quehacer de Polly... siempre, desde que comenzó la eternidad para ella.

Los cuernos que le nacían desde la frente, enrroscados como espiral, le molestaban cuando retozaba en los pastos, siempre teñidos de verde y con una ramita de algo en un cuerno.
Si de algo estaba segura, esque ella no nació así, los cuernitos le fueron brotando conforme al paso del tiempo, sin que ella pudiese percatarse de que estos crecían, tal vez era parte de vivir aquí, penando entre tantas tumbas, tal vez alguna pizca de maldad invadió su alma y su corazón.

Las visitas a las tumbas eran muy esporádicas, pero a ella le venía bien la presencia de humanos, le gustaba correr de un lado a otro mientras se celebraba un sepelio, y traspasar a la gente , penetrar sus cuerpos con calor... calor que ella jamas tendría, que alguna vez tuvo... y gracias al tiempo transcurrido en este lugar, ya no recordaba la sensación.

Los recién llegados, eran un festín, tenian un calor terrestre en su cuerpo, y ademas podía apoderarse de su alama aún en la tierra para fornicar con ella, que era su gran pecado, el motivo por el cual aún permanecía aquí, en la tierra, inerte..... pero aquí, a 96 años de su muerte, aún seguía aquí, con frío, revolcandose como animalito con los recién llegados al panteon.

Dando piruetas en el pasto, con almas de difuntos adultos, en especial hombres maduros; aunque tenía solo 8 años, Polly era selecta, y escogía solo a hombres cuyo miembro tuviera grosor considerable y un tamaño no menos de lo que pudiese caver en su boca.
Elegía hombres que hubieran poseído cuerpos robustos, y le complacía mucho contemplar la mueca con la que habían muerto, se imaginaba historias, creaba fantasias de estas.

Era mucho el frio que se sentía, como si puñales, cuchillos, machetes, dagas afilados entraran en ella, clavandosele de pies a cabeza, a veces llegaban a dejarla petrificada por segundos. Era el castigo a su transgresión y perversidad; pero no podía saber que era mas lacerante.... si el frío, o los recuerdos de su vida terrenal y la incesante presencia de su padrastro colandose en su habitación por las noches, su pene enterrado en su ano virgen, o las manos llenas de grasa de automovil en sus pechos no formados . La abatía tanto el recuerdo de su descarnado y crudo pasado, que prefería desvanecerse por el campo, regocijandose de un necrofilico sexo con las ánimas aún frescas.
Sentía una especie de satisfacción y contentura de violar las almas de aquellos hombres, imaginaba que mordía sus labios con los dientes que aún eran de leche, entonces los labios empezaban a sangrar y a sangrar ... derramando la sangre de todas sus menstraciones que hasta el día de su suicidio, no llegaban .
Ahora Polly está presa aquí en la tierra, sin el privilegio del sueño, vigilante y al acecho de cualquier intruso que quiera hacerle daño, aún que Polly sabe que ella es la úunica ama y señora de esos campos... la única que viola, la única que corrompe y posee cuando le place.

Huxley no ha muerto!