Los perros también sueñan*

Era hace una vez un perro, el más solitario perro, en el lomo llevaba una mancha de aceite de carro quemado. La gente del vecindario, en caridad al pobre perro se lo habían echado para curar las heridas que la sarna había dejado en él.

Comía de las sobras, de la caridad, de los desperdicios de los demás, hasta del vómito de los borrachos que paraban su camino a vomitar en el sitio donde el perro se alojaba.
Resguardandose de las lluvias y del mal tiempo, el perro se quedaba bajo los carro, llorando en silencio, temblando de frío, extrañando la ternura y el cariño de alguien.... ese alguien que nunca había existido en su miserable existencia.

Desde que nació, todo fue frío, hambre, patadas, pedradas, palazos, pulgas, gritos, desprecios.... ni un aullido de cariño, su madre murió de parvo al parir a toda la camada así que nunca tuvo cobijo materno.
El infelíz canino es tan solo una escoria en el universo, su misma miseria humana lo llenaba de deseos de ser atropellado, de que algún balazo o alguna inyección letal terminara con sus asquerosos dias, pero para su desgracia, nada pasaba... y él continuaba aquí entre nosotros.... contaminando las banquetas y llenando de verguenza al vecindario.

Un buen día un humano , sin importarle su insignificante vida, lo llevó a su casa. Lo bañó, lo alimentó y llevó con el veterinario para desparasitarlo y quitarle las pulgas; el perrillo hasta fino se veía, aprendió a dar la patita, a ladrar moderadamente y sobre todo conoció lo que era sentir una calida caricia en el lomo.
El perro, al ser acariciado por primera vez por su amo, comenzó a transformarse en una linda bebita de un día de nacida, despues se convirtio en una bebe sana y fuerte, hacía gracias y sonreía, era la más felíz, así fue mutando hasta convertirse en una princesita de dulce. Por las noches adoptaba forma de un enorme girasol, amarillo, divino, lleno de luz.

Comía carnes, pescados enteros, café helado, uno que otro bubulubu, paletas de corazón y mucha agua ( en su vida de perro siempre moría por encontrar un charquito de agua mezclada con gargajos para beber aunque sea un poco).
El antes perro ahora Princesa y a veces girasol, era tan felíz como nunca lo pensó........................................................................

De una patada en los genitales, un malandro despertó al perro!!!!. El sueño había terminado y él seguía con aquella vida nefasta, la gente echandole agua caliente, y el hambre y la sed seguían rigiendo su vida.

Sueño fue tan tierno y dulce que todo parecía real, hasta recibir la patada de la lógica..... el perro siempre será un perro y las princesitas, simplemente no exísten.

El perro se quedó dormido bajo un puente, con el frío del invierno y la mala vida, un buen día el animal se secó, despues de una larga agonía bajo la lluvia.
Murió ahi mismo, y al paso de los dias, conforme los carros pasaban sobre su cuerpo sin vida, el cuerpo sin forma fue apestando. El espectaculo era putrefacto, nauseabundo.
Nadie tuvo piedad de su alma, nadie tuvo una pizca de micericordia para el perro.... nadie pudo echarle cal a su cuerpo para que no terminara siendo lo que ahora és.

Un pedazo de carne en descomposición, contaminando la ciudad de Tijuana.